El miércoles 23 de abril vivimos un día muy especial: inauguramos la sede de la Fundación de la Familia Policial. Un espacio que nació con un profundo propósito: acompañar, contener y asistir integralmente a quienes forman parte de la Policía de la Ciudad y el Cuerpo de Bomberos, así como también a sus familias.
Fue una jornada emotiva, llena de abrazos, recuerdos, palabras que inspiran y miradas que dicen más que mil discursos. Genoveva Ferrero, presidenta y fundadora de la Fundación, nos dio la bienvenida con un mensaje claro y sentido:
“Queremos construir un espacio de escucha, de acompañamiento, de soluciones concretas. Una red de contención donde cada integrante de la familia policial pueda sentirse visto, valorado y apoyado. Y que ese espacio sea permanente y sea de todos”.


El recorrido por la nueva sede nos permitió mostrar el corazón de este proyecto: un lugar pensado con calidez y respeto para acompañar a quienes todos los días nos cuidan desde sus funciones.
Durante el evento, compartimos la proyección del video institucional que refleja la esencia de nuestro trabajo y escuchamos las palabras de Genoveva, del vicepresidente Pedro Potocar y del Jefe de Gobierno, Jorge Macri. También nos acompañaron muchas personas que, desde distintos ámbitos, vienen apoyando este sueño desde sus inicios: ex ministros de Seguridad de la Ciudad como Martín Ocampo, Marcelo D’Alessandro, Diego Santilli y Eugenio Burzaco, hoy padrinos de la Fundación junto con la jueza del Tribunal Superior de Justicia, Marcela De Langhe, nuestra madrina.
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Nos llenó de emoción recibir los saludos enviados por el diputado Gustavo Coria y el intendente Guillermo Montenegro, quienes por sus funciones no pudieron estar presentes, pero quisieron hacerse presentes con afecto.
A lo largo del día, fuimos acompañados también por autoridades del ámbito judicial, legislativo, político y social. Entre ellos, el presidente del Banco Ciudad, Guillermo Laje, el ministro de Justicia Gabino Tapia, el Auditor General de la Nación, Juan Manuel Olmos, y la Asesora General Tutelar, Carolina Stanley, entre muchas otras personas comprometidas con nuestra misión.
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Uno de los momentos más conmovedores fue la entrega de las placas de padrinazgo, y las menciones especiales que nos recordaron por qué estamos acá. Una de ellas fue para Maximiliano Russo, efectivo policial herido en 2017 durante una manifestación en el Congreso Nacional, y cuyo nombre llevará nuestra sala de reuniones. La otra, para el artista Milo Lockett, quien nos regaló un mural lleno de color y esperanza.
Antes de cerrar, recibimos la bendición del Padre Juani, que nos conmovió con unas palabras en memoria del Papa Francisco y nos invitó a seguir este camino con humildad y entrega.
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Nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo invaluable de nuestro equipo de voluntarios, que con compromiso y amor cuidaron cada detalle del evento. Su energía es un reflejo del espíritu de la Fundación.
Desde hoy, nuestra casa está abierta. A través de nuestros programas, brindamos orientación legal y contable, acompañamos a madres y padres de niños con discapacidad, y estamos presentes cuando una familia necesita ayuda. Queremos ser un faro de contención, respaldo y afecto para cada miembro de esta gran familia policial, en todas las etapas de su vida.
Y también queremos invitarte a vos, que estás leyendo esto, a ser parte. Podés sumarte como voluntario o colaborar con donaciones que llegarán directamente a quienes más lo necesitan.
Porque cuidar a quienes nos cuidan es una forma de honrar su entrega. Y porque, como dijo Genoveva, este espacio es de todos.
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